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La renovación del liderazgo de los partidos políticos es un aspecto crucial en la sobrevivencia de estas agrupaciones. Una dirigencia partidaria menos concentrada en pocas personas le abre puertas a nuevos liderazgos e ideas. En el Informe Estado de la Nación de 2021 se actualiza la línea de investigación sobre las organizaciones inscritas a nivel nacional con un análisis sobre los cambios en sus dirigencias internas. En este texto se entiende por cúpula partidaria a los principales puestos de la dirigencia y no solo algunos de ellos o los más relevantes.

Para este análisis se recolectaron las listas de las personas que han ocupado los principales puestos de dirección en las agrupaciones políticas de escala nacional desde 1982, específicamente: candidatura a la Presidencia de la República, Presidencia y Secretaría General del partido, jefatura de la fracción legislativa y candidaturas a diputación en puestos con más viabilidad para ser electos, es decir, en los primeros lugares de la papeleta de cada provincia.

Un indicador para medir el grado de personalismo partidario (es decir, qué tan concentrados están los puestos principales en pocas o una persona) y, con ello, la apertura a nuevos liderazgos es el tiempo que cada persona ha estado en cargos de mando o altas posiciones de representación. Cuando se mantienen por largos períodos dentro de la cúpula, es de esperar que el partido se resista a la llegada de nuevos líderes. En esos casos, las agrupaciones reducen sus posibilidades de cambiar, o al menos ajustar, sus dinámicas internas, puesto que no hay acceso a nuevas ideas en los espacios de dirección. Ello da muestras de partidos políticos poco organizados, además de agrupaciones con débiles conexiones con la sociedad y con las bases, ya que en mayor o menor medida las agrupaciones dependen de las mismas personas para funcionar.

Un primer aspecto de relevancia consistió en determinar la cantidad de puestos que una misma persona ocupó dentro de su agrupación en el período estudiado. Este indicador muestra si hay rotación de dirigentes o, por el contrario, si la dirección política del partido se concentra en una sola persona. Esto último es lo que ocurre en el Partido Integración Nacional (PIN), Movimiento Libertario (ML), el Partido Renovación Costarricense (PRC) y el Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), en ese orden. En los cuatro casos, la persona que ha desempeñado el mayor número de cargos es el líder histórico y fundador del partido, es decir, Walter Muñoz (PIN), Otto Guevara (anteriormente en el ML), Justo Orozco (PRC) y Óscar López (PASE), respectivamente. Además, todos ellos han sido candidatos presidenciales y diputados en más de una ocasión.

Por otra parte, los partidos con menor concentración de liderazgos son el PUSC y el PLN, que muestran cúpulas más dinámicas y con mayor número de personas en puestos altos. Estas son, además, las agrupaciones más longevas y las que han enfrentado más crisis internas, a partir de las cuales lograron generar procesos de cambio importantes. Por último, en un punto intermedio se encuentran el Frente Amplio y el PAC.

Gráfico: Cantidad de puestos desempeñados en la cúpula partidaria, por lídera/. 1982-2021

a/ Se consideran las personas que estuvieron en siete o más puestos. Johnny Araya ocupó nueve puestos en el PLN y dos en la agrupación cantonal Alianza por San José. Ottón Solís ocupó seis puestos en el PAC y tres en el PLN durante el período de estudio. Carlos Avendaño se separó del PRC y posteriormente fundó el Partido Restauración Nacional. Ocupó cuatro puestos en el PRC y cuatro en RN.e/ Rodolfo Méndez ocupó siete puestos en el PUSC y uno en el PAC.

Fuente: Mata, 2021, actualizado a partir de Gómez Campos y Sáenz, 2015.

Créditos:

El autor agradece los comentarios y observaciones de Leonardo Merino Trejos