La relación entre el dinero y la política siempre ha sido compleja. Veamos por qué.
En Costa Rica, los partidos políticos primero gastan el dinero del que dispongan (mucho o poco) y luego, si les va bien, piden el reembolso del dinero gastado.
Existen dos ciclos de dinero en los partidos políticos para financiar sus actividades:
Ciclo de financiamiento para partidos que han competido en el pasado y obtuvieron deuda política
Este ciclo inicia con el reintegro del dinero estatal, con el cual se cancelan las deudas de campaña. Además, reciben donaciones de sus contribuyentes. Cuando se acerca la campaña electoral, buscan endeudarse (mediante financistas) y nuevos ingresos propios (inscripción de candidaturas y otros). El fin del ciclo es la preparación de la justificación de los gastos y la liquidación de sus recursos. Una nueva elección en el horizonte activa un nuevo ciclo, y así sucesivamente.
Ciclo de financiamiento para partidos nuevos o existentes, que no hayan tenido acceso a dinero estatal
En este caso el ciclo comienza con aportes y donaciones de sus seguidores, a los cuales se pueden sumar recursos por endeudamiento (algún financista) o ingresos propios. Es decir, empiezan la carrera en condiciones distintas. Si los resultados electorales les favorecen el partido podrá tener acceso a la deuda estatal e iniciar un nuevo ciclo completo con reintegro. De lo contrario, en una elección posterior deberá iniciar su siguiente ciclo con las mismas desventajas mencionadas, con la expectativa de recibir deuda estatal en un futuro.
